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EL MISIONERO ABULENSE EFRAIM GONZÁLEZ NOS MANDA SU TESTIMONIO DESDE LA INDIA.

Hola. Me llamo Efraím, nacido en Ávila. Soy Religioso Hermano de la Sagrada Familia. Desde hace ya varios años estoy trabajando en la India, al principio en Casa de Formación y ahora en una Comunidad de Misión. Exactamente, me encuentro en la localidad de Kurdeg (distrito de Simdega, en el Estado de Jharkhand). En la zona donde estoy, realmente la gente es bastante pobre. Basta decir que no tenemos electricidad y los campesinos viven solamente del trabajo del campo (mayoritariamente del cultivo de arroz) que se da una vez al año gracias a la época de lluvias.


Los Hermanos llegamos aquí hace poco más de una año. La gente es sencilla y acogedora. Trabajamos en dos de las escuelas de la diócesis. La educación también es muy pobre por estos lugares, muchos de los alumnos vienen a la escuela para tener su “plato de arroz” que el Gobierno ofrece gratis hasta los 12 años. Las clases en la escuela están muy pobladas, lo que hace que la enseñanza sea también difícil y masificada.
Pero la gente es feliz, se nota en sus rostros, a pesar de tener pocas posesiones. Los alumnos vienen a la escuela, muy temprano por la mañana, andando o en bicicleta, pues casi no hay otros medios. Y están muy contentos de poder tener la oportunidad de escuchar las lecciones de cada día. A lo mejor no aprenden mucho, pero les motiva saber que, si una persona (‘blanca’ como ellos dicen) ha hecho muchos kilómetros para estar con ellos y enseñarles algo, ¿por qué no venir a la escuela y pasar un momento alegre y feliz? La verdad es que no solo ellos están felices, sino yo también me siento feliz, al menos al saber que ellos sí lo están. Muchas veces me pregunto si estar en un sitio tan remoto y tan alejado de civilización urbana merece la pena…, y otras tantas me respondo, que si hay una persona –al menos una- feliz, ¡sí ha valido la pena! Hacer esto por el Evangelio es fe y esperanza, además de caridad. Y los cristianos de estas tierras tienen la oportunidad de “renacer en la vida”, de vivir con alegría y felicidad su seguimiento de Cristo.

                                                                                                                                             Efraím.

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