
La recaudación se ha destinado a las obras de la Infancia Misionera, en una iniciativa en la que se vendieron artículos donados por los comerciantes de la zona, además de objetos donados por los niños y sus familias.El rastrillo tuvo lugar en el atrio de San Vicente aprovechando la gran afluencia de personas a la bendición de animales que, por San Antón, se celebró ante esta parroquia.