Es pasado 2 de septiembre el Premio Princesa de Asturias de
la Concordia recayó sobre la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, como
reconocimiento a la labor de una Orden centenaria nacida en Granada en 1593 de
la mano de San Juan de Dios, que soñaba con un trato más humano, más digno y
más cristiano para con los enfermos y para con los pobres más desfavorecidos de
su tiempo. El pasado viernes lo recogió de la mano de S.M. Felipe VI el
Superior General junto con otros Hermanos.
Los dieciocho Hermanos y colaboradores muertos en 2014 a
causa del Ébola, junto con los miles de personas que han sufrido las
consecuencias de esta terrible epidemia en África, solamente ha despertado la
memoria de la labor que los Hermanos de San Juan de Dios están llevando a cabo
desde hace siglos en los 350 centros de los 55 países en los que están
presentes. ¡Ojalá despierte también nuestra conciencia en el cuidado de los más
frágiles para no contagiarnos nosotros de otra terrible enfermedad, la
enfermedad de la indiferencia, cuyo síntoma más evidente es el descarte de los
más pobres y desvalidos!
En
nombre de toda la Orden el Superior General, Padre Jesús Etayo, ha dedicado el
Premio Princesa de Asturias de la Concordia a todas aquellas personas a las que
atienden en Hospitales, Residencias, Centros Socio-Sanitarios, muchas de ellas
en exclusión social, personas sin hogar, discapacitados, enfermos mentales etc.
etc. Ellos son el lote de su heredad, y los Hermanos, que tienen como reto la
hospitalidad, ponen en el centro de sus vidas y de sus obras al hombre que
sufre porque practican la cultura de la acogida, de la escucha y de la entrega.
¡Felicidades!, un Premio muy merecido.