OMPRESS-SUDÁN DEL SUR (9-12-16) Los
franciscanos de Sudán del Sur piden una oración especial por la paz. Como ellos
mismos explican, “la guerra continúa y no hay día en que no se escuchen ruidos
de armas por las noches y hasta durante el día. La situación sigue siendo
crítica, lo que sigue ocasionando muertes, migración, desolación y hambre en
todo el país”.
Añaden los frailes menores que “la paz es muy
frágil y, en situaciones conflictivas como éstas, la vida se vuelve una
supervivencia diaria, esperando un futuro incierto y viviendo el día entre
miedos e inseguridades. Hermanos de nuestra amada Orden, unamos nuestra voz a
la de los hermanos y hermanas que viven en esta situación tan compleja y
desesperante en este país y en tantos lugares conflictivos del mundo, donde
nuestros hermanos y tantos testigos de la fe continúan dando la vida por hacer
presente a Cristo”.
Para orar por la paz, precisamente, el
ministro general de la orden ha escrito una carta a los niños pidiendo también
una oración por la paz.
“Hace tiempo que, como Hermanos Menores,
estamos preocupados por la situación que están viviendo nuestros hermanos junto
con los cristianos y toda la población de Siria. No hace mucho, lanzamos un
llamamiento a la comunidad internacional para que intensifique los esfuerzos
para detener la guerra y los sufrimientos de la población civil, y para que se
hagan todos los esfuerzos posibles para alcanzar la paz”.
Se trata proponer a todas las comunidades la
iniciativa para que los niños recen una oración por la paz-. Nacida de una idea
de Ayuda a la Iglesia Necesitada, “queremos adherirnos a ella como Orden de
Hermanos Menores y queremos relanzarla a nivel internacional con una
periodicidad mensual. Es una iniciativa que surge de la conciencia de que el
Rey del universo, el Rey de la paz, es la fuente verdadera de toda paz. A ella
ya se ha unido nuestra parroquia de San Francisco en Alepo, marcada duramente
por la tragedia de la guerra y tenazmente anclada a la esperanza de la paz.
Desde Alepo lanzamos ahora nuestra invitación al mundo entero”.
Piden en esta carta a todas las comunidades
que dediquen la misa de los niños, o la misa más frecuentada por los niños, el
primer domingo de todos los meses, a la oración por la paz, según las
posibilidades locales. Se podrá hacer lo mismo en alguna celebración en el
Oratorio o involucrando a las escuelas, intentando en estos casos dar un
sentido ecuménico e interreligioso a la iniciativa. “Que el Señor bendiga todos
los esfuerzos por la paz y escuche el clamor y la oración de sus pequeños”,
añaden.