DOMUND, 22 DE OCTUBRE DE 2017
“SE VALIENTE, LA MISIÓN TE
ESPERA”
El año pasado el slogan de la Jornada del
Domund, era “Sal de tu tierra”, invitación que nos hacía el Papa Francisco
recordando al Padre Abraham y a todos
los que hemos sido llamados desde nuestra fe a “salir” de nuestras seguridades,
de nuestro ambiente e incluso de nuestras familias, para vivir y servir a una
familia más grande, que es la familia creada por Dios, y que en muchas
ocasiones no ha oído hablar del Padre Creador, ni de su Hijo enviado al mundo
para enseñarnos el rostro, la imagen del Padre.
Este
año el slogan es tan incisivo y tan directo para nosotros: “SÉ VALIENTE, la
misión te espera”. A la vez es muy
simbólico, nos presenta a un misionero atleta, saltando confiado, con la cruz
colgada en su cuello, iluminando al entorno que lo rodea, porque Cristo siempre
es luz para los que arriesgan su vida por Él y por los hermanos, ya que quien
da el salto a a la misión lo hace como respuesta a Dios y por entrega a las
personas que necesitan conocer al Padre y ser promocionadas. ¡Cuántos niños
desnutridos, cuántas mujeres marginadas, cuántos jóvenes sin desarrollar sus
posibilidades, cuantos ancianos olvidados consumiéndose en rincones solitarios!
La
misión y las personas que la encarnan, ven en todas estas personas el rostro
llagado de Cristo y también encuentran la alegría de servir y gozar de que para
ser feliz no es necesario tener mucho, sino amar y estar alegres por la existencia,
porque el Dios que anuncia el misionero ha colaborado, a que ellos en distintas
situaciones hayan venido a la vida, sin tanta planificación como nosotros, sin
tantos medios y con muchos más peligros y riesgos de perder la vida. Por esto
se nos pide que “seamos valientes y colaboremos a que esta vida no se pierda”.
¿Cómo podemos colaborar? Muchos
jóvenes, gracias a su generosidad, dedicando parte de sus vacaciones, a servirles
en lo que pueden. Muchos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos gastando
su vida con ellos, muchas familias viviendo un tiempo en estos lugares,
cantidad de personas rezando por las misiones aportando un dinero para cubrir
su hambre y los medios para estudiar, tener centros sanitarios,, etc. Nos
merecen gran admiración las personas que durante su vida ahorran y guardan su
dinero para donarlo a estas instituciones, Cáritas, Manos Unidas. Y en nuestro
caso Obras Misionales Pontificias. ¡Gracias a todos! Al Equipo de misiones, nos
ha tocado animar, reconocer, dar las gracias, administrar y recaudar. Lo
hacemos con mucha ilusión y les recordamos esta oportunidad.
Mercedes
y Amador.