Hoy, La misionera regresada abulense Evangelina Muñoz Bermejo, nos habla, desde su experiencia de las Vocaiones Nativas.
Natural de Solana de Ávila, (Ávila). En el año 1964 fue enviada a una fundación en México, Estado de Puebla, en S. Gabriel Chilac, con indígenas “nahuas y popolocas”.
“Pasados 47 años en América, regresé a mi Patria querida… donde quiero seguir siendo misionera, a mis 95 años, con las oraciones y sacrificios ofrecidos al Señor por todos los que aún no lo conocen y por los misioneros y misioneras.
Dos frases resumen 47 años la vida de esta abulense en Misiones: ¡Gracias por todo, Señor! ¡Me he sentido muy feliz!
La hermana Evangelina nos habla, desde su experiencia, de la importancia de las vocaciones nativas
“He tenido la suerte de vivir la Fundación de una Escuela en la “Misión de San Sebastián - Tlacotepec de Díaz, en el estado de Puebla - México y la oportunidad de fomentar la vocación sacerdotal y religiosas en indígenas nativos. Acompañando a los niños y adolescentes que podrían tener vocación, ayudándoles para ingresar en el seminario, o en la vida religiosa. Varios de ellos no perseveraron en sus estudios, por diversos motivos… pero ¡gracias a Dios¡, cinco han llegado a ser ordenados Sacerdotes.
Pbro. Bulmaro Castro Sánchez, que ordenado Sacerdote, fue enviado como Párroco a su y nuestra Misión. Huérfano de padre, su madre una sencilla mujer… por lo cual hubo que ayudarle en todos los aspectos, durante su formación…
Pbro. Juan Herrera Martínez. Huérfano de padre, su madre no podía continuar ayudándole…el también recibió ayuda.
Para completar sus estudios fue enviado a Roma, allí se especializó en Bioética.
Ordenado sacerdote fue destinado como Párroco a nuestra Misión de Tlacotepec. ¡Quién nos iba a decir que estábamos colaborando para preparar el Sacerdote que sería Párroco en nuestra querida Misión!
Fue profesor en el Seminario de la Diócesis. Actualmente ha sido enviado a Roma continuando Estudios Superiores.
Pbro. Lázaro Barragán. Hijo de una familia campesina de la Sierra, con varios hermanos. Sus padres nos pidieron ayuda, para que pudiera continuar en el Seminario sus estudios. La ayuda llegó de España. Cumplió sus deseos de “ser sacerdote”
Pbro. Miguel Ángel Ramírez Aguilar de una comunidad rural. Padres de escasas posibilidades necesitó ayuda para concluir parte de la Obra de Dios: “El ser un buen sacerdote”. El Señor nos lo ha regalado como Párroco de nuestra Misión.
Pbro. Héctor Padilla, de una de las rancherías de la Misión, celebrando su primera Misa en la Iglesia de Tlacotepec
“¡Damos gracias a Dios por todos!”
Es necesario y urgente mantener vivo el fomento de vocaciones nativas.
Jesús nos dijo: “la mies es mucha y los obreros son pocos”. Pidamos al Señor envíe operarios a su mies, a través de la oración confiada, el sacrificio aceptado y ofrecido y la aportación económica, para ayudar a la acción evangelizadora en las Iglesias más necesitadas.
La mayoría de las vocaciones indígenas pertenecen a familias sencillas, campesinas que no les permiten costear estudios a sus hijos.
Les facilita mucho nuestra acción evangélica, conocer y practicar el idioma, la cultura, costumbres, ritos, etc.
¡Que la Virgen Madre y Reina de las Misiones, interceda por el aumento de las Vocaciones N
